lunes, 26 de enero de 2009

Consternación

Consternación,
Por las balas dirigidas sin blanco preciso.
Destruir es la consigna.
Negación absoluta del humano,
desprecio ignorante por el ser.
Avasallar sin precio,
en nombre del poder.
Utopia sin fin de los pueblos errantes.
Horror de cada día, sin esperar respuesta,
Ignorar el futuro, si los consume el hoy.
Contener el aliento, negando el dolor
a cada paso.
Salpicarse las manos con la sangre de otros,
No mirar hacia atrás.
Los huesos calcinados abruman la mirada.
Consternación,
Los ruidos ensordecen y los gritos
que llegan a la cúspide del cielo.
Desaliento mordaz,
que convoca a la muerte,
danza diabólica entre el fuego,
y las armas que escupen,
la aniquiladora pólvora.
Consternación.
Silvia Noemí Fabiani
SE FUE

Se fue por el camino del silencio,
el paso lento.
Y el corazón estrujado por el llanto.
Se amotinaron las palabras,
la mirada apagada, oscureció la marcha.
Se fue levitando entre los sueños,
que abortados y en sangre,
fueron alfombra para sus pies cansados.
Detrás de las piedras se escondía el pasado,
y a hurtadillas, sin pausa,
lo seguía alienado.
Se fue alejando sin acoso,
de la prisa maligna que hostiga al ser humano.
Se fue, aspirando aromas
de fragancias galácticas.
Se fue, se fue muy lejos.
y se perdió en la nada.

SILVIA NOEMI FABIANI
SI, LO SABE

Si, lo sabe, pero calla.
El silencio invadió los espacios.
Los dedos armoniosos,
en una hilera quieta,
asemejan soldados.
Las piernas cual bastones,
son dos troncos inertes.
Si, lo sabe, pero calla.
La sangre le apagó la mirada.
Descarnada presencia de la muerte.
Los huesos esparcidos,
inyectaron horror a los sueños perdidos.
Si, lo sabe, pero calla.
La mentira piadosa, no oculta la verdad,
ni las intrigas.
Impactado, el sol se desliza agobiado,
detrás de los sinuosos picos.
Tan solo el humo que agrisaba las calles,
los gritos estridentes y el exterminio inútil.
Si, lo sabe, pero calla.
El candado de bronce
Se aferrò a su garganta.
En un instinto vano,
de expulsar todo el odio,
se quedó tieso y blanco.
Sumido en las tinieblas,
se callará por siempre.
Silvia Noemí Fabiani