sábado, 30 de enero de 2010
MENTIRAS PIADOSAS
De pronto escucho que alguien dijo: ¿ Y vos como la hiciste?
Tenso los músculos de la cara y comenzó a hablar.
Se jactaba de descender de una noble familia portuguesa que poseía plantaciones de café en Brasil
Su conversación, amena y plena de detalles fue extensa , hasta que apareció en escena un hombre de rostro curtido por el sol que lo miro y esbozando una sonrisa dejo caer las palabras de su boca como una sentencia.
Me parece conocerte de Río de Janeiro, ¿No vendías productos playeros?
Se quedo petrificado. ¿Qué hacia Carlos allí?
¿Cómo salir de tan impiadosa situación?
En un segundo paso por su mente, como en un film toda su vida azarosa.
El sabia de muchas noches a la intemperie o debajo de un puente, de comer salteado. Hasta que un día sucedió un milagro. El paquete estaba allí, papel de diario y un piolín ordinario. Dudo en abrirlo, se acerco, lo toco con cautela y la sorpresa fue tal que casi se desmaya.
El color verde de los billetes alineados en fajos lo deslumbro.
Nervioso escondió el dinero entre sus ropas. Sus sufrimientos de marginado habían terminado.
Tomo un avión hacia Bs. As. Se contacto con industriales e invirtió el dinero rápidamente.
Y exitosamente.
Sus empresas lo convirtieron en uno de los hombres más ricos del mundo.
Miro fijamente al hombre que tenia delante y con voz enérgica dijo: Usted se equivoca, no se de que me habla.
Carlos guardo silencio, mientras Emilio se alejaba del lugar, aduciendo que una bonita señorita lo aguardaba
Al llegar al estacionamiento, pensó: Que difícil es escapar del pasado. Aunque las mentiras piadosas pueden ayudar.
Silvia N. Fabiani
viernes, 29 de enero de 2010
INCERTIDUMBRE
Inciertas las fuerzas que sobre mi se abaten.
La densa niebla impide ver con claridad el sendero
A lo lejos una difusa luz, titila.
Insisto entre las sombras.
La pesadumbre de las piernas, me derrumba.
Levanto la cabeza, aun estoy viva.
Arrastro el corazón y el alma se descuelga
De algún árbol perdido.
Por fin llego al lugar que prometió mi sueño.
Desvarío perdida y los duendes del bosque
que despiertan mi risa.
De pie y sin resabios,
me reconozco en llanto.
Aun estoy viva.
Silvia N. Fabiani
MIRANDO HACIA ATRAS
Transitar el mundo de la fantasía,
Dejar la realidad en la orilla del mar.
Sentir la libertad.
Ponerle alas a los sueños.
Atravesar la puerta
y al romper el candado
vibrar con el alma y con el cuerpo.
Pantera rosa de la infancia,
Juguemos a saltar,
y en los espacios, vislumbrar el destino.
Reír a carcajadas tan sonoras,
que lleguen al OLIMPO.
Escandalizar a Dioses y asustar a los gnomos.
La rayuela nos mira, cobra vida,
Nos invita al jubileo y al impulso.
Niñez lejana, tan lejana,
Y aun así, inolvidable.
Silvia N. Fabiani
sábado, 23 de enero de 2010
UN LUGAR
LUGAR
Te puse en un lugar del corazón,
como un costoso objeto
sin precio en el mercado.
Ya no tengo el valor que se requiere
para que invadas todos mis espacios.
Cuando el recuerdo de felices días,
oprime el pecho de nostalgia
rescato tu imagen en silencio
como si fuese un religioso rito.
Recorro tu rostro con mis dedos
Y deleito mis ojos con tu sensual figura
Goza mi alma
y vuelan mis anhelos.
Con el amanecer te llevo a la estrada elegida,
Y la rutina apresa mi vida,
sin tu vida
SILVIA N. FABIANI
Te puse en un lugar del corazón,
como un costoso objeto
sin precio en el mercado.
Ya no tengo el valor que se requiere
para que invadas todos mis espacios.
Cuando el recuerdo de felices días,
oprime el pecho de nostalgia
rescato tu imagen en silencio
como si fuese un religioso rito.
Recorro tu rostro con mis dedos
Y deleito mis ojos con tu sensual figura
Goza mi alma
y vuelan mis anhelos.
Con el amanecer te llevo a la estrada elegida,
Y la rutina apresa mi vida,
sin tu vida
SILVIA N. FABIANI
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