viernes, 14 de septiembre de 2007
Las balas
Esta bala es antigua.En 1897 la disparó contra el presidente de Uruguay, un muchacho de Montevideo,un tal Arredondo,que había pasado largo tiempo sin ver a nadie,para que lo creyeran sin cómplices.Treinta años antes el mismo proyectil mató a Lincoln,por obra criminal o mágica de un actor a quién las palabras de Shakeaspeare habían convertido en Marco bruto,asesino de César. Al promediar el siglo XVII, la venganza la usó para dar muerte a Gustavo Adolfo de Suecia.,en mitad de la pública hecatombe de una batalla. Antes la bala fue otras cosas porque la transmigración pitagórica no es sólo propia de los hombres. Fue el cordón de seda que en el Oriente reciben los visires,fue la fusilería y las bayonetas que destrozaron a los defensores del Álamo,fue la cuchilla triangular que segó el cuello de una reina,fue los oscuros clavos que atravesaron la carne del Redentor y el leño de la Cruz,fue el veneno que el jefe cartaginés guardaba en una sortija de hierro y fue la copa que en un sereno atardecer bebió Socrates. En el alba del tiempo,fue la piedra que Caín lanzó contra Abel y será muchas otras cosas que hoy ni siquiera imaginamos y que podran concluir con los hombres y con su frágil y prodigioso destino
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