martes, 8 de abril de 2008

CONFESAR


Confesar el dolor insistente
que se apropia soberbio del espacio,
ahogando hasta el aliento.
Confesar con el llanto, la febril incoherencia
de existir.
Confesar con el gesto cuando el amor invita.
y el temor manifiesto de perder el momento.
Confesar que la ausencia eclipsa la ilusión y la esperanza
como el ave que se aleja hacia la nada.

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