sábado, 29 de agosto de 2009
Dualidad
Desdoblamiento
Falsa apariencia de dos,
Compartir intereses elevados,
Rutina de costumbres,
sufrir los días del hastío.
Relámpago obligado sin reclamos.
Critica desacertada, que escapo de tu boca.
El amor no permite dualidad.
Los labios que se quieren besar.
Posesionar el cuerpo tan deseado
Imitar a la diabólica serpiente,
Descender al infierno,
que el corazón estalle
pasionario.
Sentir el anhelo ferviente
de perderse en los brazos amados
y sentir la complacencia de la entrega.
Absoluto misterio,
Que nos roba el alma en un segundo
Y a veces para siempre.
Hechizo perdurable
Magnifico e irremplazable. SYLVIE
Caballero Gallardo
Caballero gallardo
Quijote de batallas.
Se acorta la distancia en pos de la ilusión
Recorrer el sendero.
Las piedras alineadas dificultan el paso.
Ensombrecido el cielo
Anuncia su lamento,
Embriagando a las flores
Con su límpida lluvia.
Tierra y agua, barro santo.
Las raíces jubilosas, se entrelazan.
Caballero gallardo
La soledad amiga, te acompaña.
El acero oxidado de tu escudo bravío
Que supo de victorias
De estirpe y de clarines.
Caballero gallardo
Destino de los grandes,
De la espada gloriosa
Y el sigilo atinado.
Soldado de la vida.
Caballero gallardo. Sylvie
domingo, 23 de agosto de 2009
EL ELEFANTECuando visitábamos a la abuela, el estaba allí. Arriba del mueble del comedor con su trompa hacia adentro, quieto, ella decía que era de la buena suerte. Pero ese animal llamaba mi atención.
Al fallecer la abuela, el, junto con otros adornos pasaron a la casa donde crecí. Era testigo silencioso de alegrías, tristezas y decepciones.
Al pasar casi en broma, lo saludaba. Impávido, frío pero con presencia, el elefante siempre brindo su compañía.
El destino me llevo por caminos lejanos, al regresar el seguía en el mismo lugar, sin envejecer a pesar de los muchos años que tenia.
Hoy ocupa un espacio en mi hogar, todo sigue igual, lo saludo y es como si el tiempo se hubiese detenido desde el momento en que lo descubrí.
Es un objeto amado que fue pasando por generaciones hasta llegar a mí. Solo espero que mis descendientes lo sigan valorizando y lo conserven como una reliquia familiar. Sylvie
Al fallecer la abuela, el, junto con otros adornos pasaron a la casa donde crecí. Era testigo silencioso de alegrías, tristezas y decepciones.
Al pasar casi en broma, lo saludaba. Impávido, frío pero con presencia, el elefante siempre brindo su compañía.
El destino me llevo por caminos lejanos, al regresar el seguía en el mismo lugar, sin envejecer a pesar de los muchos años que tenia.
Hoy ocupa un espacio en mi hogar, todo sigue igual, lo saludo y es como si el tiempo se hubiese detenido desde el momento en que lo descubrí.
Es un objeto amado que fue pasando por generaciones hasta llegar a mí. Solo espero que mis descendientes lo sigan valorizando y lo conserven como una reliquia familiar. Sylvie
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