Marruecos
Regrese a buscarte.
Casablanca.
El negro Sam tocaba la canción
de nuestra dicha.
Pero tú ya no estabas.
Me senté en la mesa del recuerdo
y tu silla vacía
incito mis lágrimas de culpa.
¡Tócala Sam !
resonó tu voz en el salón,
y yo tan sola.
Regrese a buscarte
a susurrar en tu oído que te amo.
Pero tu,
tu ya no estabas.
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