lunes, 2 de junio de 2008
EL MEJOR
MIKHAIL BARYSHNIKOV A corazón abiertoPor Maritza Gueler (USA)El bailarín ruso inició una gira con su espectáculo: "Solos With Piano Or Not...," An Evening of Music and Dance. Una muestra de talento y madurez artística que reúne obras de diferentes coreógrafos.Más allá de los prejuicios y de los preconceptos que ponen en juego la libertad esencial, Mikhail Baryshnikov rompe con esas barreras y establece un pacto secreto con la danza. El gran bailarín que en otros tiempos sacó más de un suspiro de la boca de los espectadores, dejó asombrados a otros y quedó grabado en la memoria con cada uno de sus personajes, inició una nueva etapa a través del espectáculo "Solos With Piano Or Not...", An Evening of Music and Dance. Lejos de aquellos memorables roles clásicos, Baryshnikov se instala, solo, en la danza de cámara, íntima, mesurada, reflexiva y hasta confesional. Algo así como un concierto para bailarín y piano dividido en seis actos o seis movimientos.Obras de los coreógrafos Ruth Davidson Hahn, Tere O’Connor, Lucinda Childs, Cesc Gelabert, Michael Clark y Eliot Feld realizadas este año por encargo de Baryshnikov, permitieron un nuevo reencuentro con la danza pura, y el resplandeciente brillo de una estrella eterna. En esta gira que recorrerá todo el país y que se inició en el Zellerbach Playhouse de UC Berkeley, Baryshnikov intenta recaudar fondos para su nuevo proyecto: la creación, ya en camino, del Baryshnikov Arts Center, ubicado en Manhattan en la W. 37th Street.Casi como un emergente de su pasada experiencia con el White Oak Project, el criterio intimista relacionado con la búsqueda de un lenguaje más personal, salido del alma, prevalece en este espectáculo. Aquí Baryshnikov muestra la plena esencia del artista que le permitió convertirse en uno de los grandes mitos del ballet del siglo XX. Más allá del tiempo, el artista permanece, evoluciona y crece sobre su propia perspectiva.Actor indiscutible, con grandes dotes de mimo, el bailarín rompe la formalidad cuando aparece con un arnés sobre sus hombros que le permite sostener una especie de caja que simula una reproducción de "El cuarto" de Van Gogh. El bailarín puede prender y apagar dos luces instaladas en la pared de cartapesta que carga sobre sus espaldas. Con la misma genialidad de Marcel Marceau el bailarín, juega, se mueve, gesticula, se desplaza en "Indoor Man", una obra de Tere O´Connor con música de David Jaggar ("Elastic Tango") y Conlon Nancarrow ("Tango").La "Sonata en modo dórico" del padre Antonio Soler, interpretada maravillosamente por el pianista Koji Attwood, quien lo acompañó durante todo el espectáculo con un alto nivel de excelencia en la ejecución, marca la introducción para la primera obra del programa. "Upon a Whim", de Ruth Davison Hann, sobre música de Robert Schumann es un trabajo basado en balanceos, giros, un minucioso trabajo de brazos y tiempos suspendidos.Lucinda Childs, con su coreografía "Opus One", basada en la "Sonata para piano Op. 1 de Alban Berg", incorpora un elemento en la escena: un gran círculo blanco que desciende al escenario como si fuera una inmensa luna, y permite al bailarín jugar con las posibilidades que ofrece el objeto. Equilibrios, saltos, pirouettes en diferentes direcciones componen una estructura de movimientos directamente relacionados con el lenguaje clásico."In a Landscape", del coreógrafo español Cesc Gelabert y con la música del mismo nombre compuesta por John Cage, es una pieza de corte minimalista, donde el contraste lumínico imprime un toque dramático. Con una malla azul y su torso desnudo, Barysnikov realiza pequeños saltos, desplazamientos estáticos, magníficamente articulados. Una bella y sublime pieza ajena de efectismos.El coreógrafo inglés Michael Clark basó "Rattle Your Jewelery" en un conmovedor tema de The Beatles, "Back in the USSR". Baryshnikov juega alrededor de un círculo de luz en el cual entra y sale con un delicioso toque de humor que embriaga y deleita. Trabajos donde el ritmo y la dinámica parecerían fundirse en una especie de improvisación programada.Los utileros e iluminadores del teatro aparecen de golpe en escena. Un seguidor comandado por una mujer baja al escenario junto con la parrilla de luces. La mujer permanece aferrada al seguidor mientras los técnicos la levantan hasta una altura en la que aún permanece visible. La música –selección de varios temas populares– está interpretada por León Redbone. Allí aparece él, con un sombrero de paja, pantalones a rayas, con tiradores, zapatillas, camisa y un bastón. Él es "Mr XYZ" (Ver Danza Nº 18). Compuesta por Eliot Feld Feld para la gala del Ballet Tech de esta temporada, la obra, que poco tiene de danza, posee un colosal encanto. Plena de humor, de sarcasmo, marca el recorrido por la vida de un hombre, quizá por la propia historia de Baryshnikov. Con su bastón a cuestas, simula ser un anciano que intenta volver a los tiempos pasados. Maniquíes usados por las modistas pasan a ser sus mujeres, sus compañeras de baile. Se desplaza en una silla de escritorio provista de ruedas. Un ramo de lilas, como las que alguna vez dejó caer ante la tumba de Giselle, se desparramó sobre el piso. Baryshnikov no abandonó su personaje ni siquiera en el momento de los saludos. Intentó bailar con la señorita del seguidor que lo iluminó todo el tiempo y con una deliciosa seducción dejó al público atónito, conmovido y subyugado ante tanto talento a corazón abierto
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