LA BORRA DEL CAFÉ
El pequeño remolino absorbe la mirada fija, se detiene la
cuchara y el liquido travieso sigue girando mientras me introduzco por el frágil túnel de los recuerdos.
Laguna celeste la de tus ojos, esa por donde navegue sin fronteras, me perdí en inhóspitas selvas, naufrague tantas veces, hasta que la razón extendió su barrera de acero e impidió tu avasallante paso.
Tiempo sin tiempo, este que se adueña del alma sin permiso, nos cautiva en el espacio de los sentimientos.
Fragilidad humana que desciende hasta las zonas abismales, pero también se proyecta como un misil irrefrenable impulsado por el amor que lo sustenta.
Esos ojos, tus ojos que me miran desde el fondo oscuro de la borra de café, ahuyentan luminosos, a las sombras que a veces sobre mi se abalanzan, me salvan del abismo y en silencio me alientan.
Silvia Noemi Fabiani
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