jueves, 30 de septiembre de 2010

Mudos Testigos

Le faltaba el aire. Marchaban tan juntos que sintió como si alguien apretara su garganta.
Calor, el sol le envolvía el cuerpo.
El asfalto caliente, el ruido de las botas al pisar fuerte, combinaban sonidos extraños.
El desfile siniestro, ese del que el formaba parte pronto finalizaría.
El cese de la guerra dejo las calles en silencio. Vacías, tristes, sin futuro. Desolación y sangre.
Eternas testigos del olor a pólvora.
Castigadas por no tener olvido.
El tiempo y las lluvias borraran las huellas.
Sobreviviente y andariego el destino lo sitúo en calles diferentes.
Respira olor a fresas y el clamor de las risas reemplazando tambores.
Las calles del pasado solo son un recuerdo.
SILVIAN: FABIANI

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